No hay un solo instante igual, todo cambia a nuestro paso; con nuestra mirada, con nuestro respirar, con nuestro pensamiento, con nuestra energía, dentro y fuera de nosotros el continuo cambio de la imperfección más perfecta.
Y afortunadamente es así para que podamos seguir experimentando las sensaciones y emociones que nos son necesarias para nuestro Ser. Todos y cada uno de nosotros sabemos lo que nos hace feliz, y sobre todo lo que no deseamos en nuestras vidas .Nosotros mismos nos cerramos puertas al cambio y nos convertimos en observadores de vidas que no son las nuestras propias, intentando alcanzar por medio de los demás aquellos sueños que creemos inalcanzables, creándonos barreras y límites en nuestro pensamiento que nos impiden disfrutar de lo que realmente deseamos vivir. Aquello que llamamos sueños es la llamada a gritos de nuestra Alma esperando que saltemos nuestros miedos, que creamos que las dificultades solo son el comienzo de un camino sin barreras, el deseo de expandir nuestro Ser a lo desconocido.
Más es todo una proyección de lo que creemos vivir, porque todo cambia cuando dos Almas se abrazan con la mirada, es entonces cuando sentimos que el tiempo no existe, que la distancia desaparece y nos une en el infinito; que los planos de ambos cuerpos quedan abandonados cual ropaje innecesario, y es cuando comprendes que hay mucho más en aquello que nos mantiene unidos .Que somos capaces de comunicarnos más allá de las palabras y del pensamiento creado por la humanidad.
La huella energética que dejamos a nuestro paso se funde en un cálido abrazo con las que transitamos, activando los códigos para tomar decisiones, muchas de ellas inconscientemente, pero de una forma precisa y detallada que nos empuja al precipicio de la estabilidad espiritual, porque cuando te abandonas a los deseos de tu Alma te conviertes en creador de tus experiencias, dibujando metas fuera del plano conocido. Allá no tan lejos nos aguarda un nuevo cambio que hará que tú y yo nos encontremos y compartamos un instante irrepetible y maravilloso que quedará impreso en nuestro Ser para la eternidad y en el infinito.
Bienvenido cambio, bienvenida experiencia que alimentas y das cobijo a mi Ser en un sutil y cálido abrazo energético. Siento que estamos muy cerca de compartirlo… ya te estoy sintiendo.